
En un sentido estricto, el sida no es una
enfermedad causada por el virus de inmunodeficiencia humana. De hecho, el VIH
sólo es el agente etiológico de algunos procesos patológicos como el complejo de
demencia asociado al sida. El sida es expresión de una inmunosupresión que
aumenta las probabilidades de que un portador del VIH desarrolle enfermedades
causadas por infecciones que, en personas con sistemas inmunes normales, no se
presentarían. Entre estas se encuentran la infección por Histoplasma,
Toxoplasma y Candida albicans, hongos que se encuentran en
ambientes cotidianos o en el organismo humano, pero que sólo son patógenos
generalmente en condiciones de inmunosupresión. La prevalencia de las
enfermedades oportunistas varía en función de las condiciones de vida de cada
país o localidad. Por ejemplo, en 1994, en México casi el 70% de las personas
con sida habían enfermado por infección de citomegalovirus, mientras que en
Tailandia la proporción era de 4%